Consonancias

A M...

Tu traición justifica mi falsía
aunque lo niegues con tu voz de arrullo;
mi amor era muy grande, pero había
algo más grande que mi amor, mi orgullo.

Calla, pues. Ocultemos nuestro duelo,
la queja es infecunda y nada alcanza;
agonicemos contemplando el cielo
ya que el cielo es nuestra única esperanza.

No creas que este mal decrezca y huya:
cada vez menos parco y más despierto
imperará en mi vida y en la tuya
«como reina el león en el desierto».

Los años rodarán en el abismo
sin que recobres la perdida calma.
¡Tú siempre llevarás, como yo mismo,
un cadáver en lo íntimo del alma!

El tiempo no es el médico discreto
que, por medio del fórceps del olvido,
saca del fondo de la entraña el feto
muerto allí como el pájaro en su nido.

Collection: 
1873

More from Poet

  • La moza lucha con el mancebo
    -su prometido y hermoso efebo-
    y vence a costa de un traje nuevo.

    Y huye sin mancha ni deterioro
    en la pureza y en el decoro,
    y es un gran lirio de nieve y oro.

    Y entre la sombra solemne y bruna,
    yerra en el mate jardín,...

  • Al ver mi honda aflicción por tus desvíos,
    fijas en mi tu angelical mirada
    y hundes tus dedos pálidos y fríos
    en mi oscura melena alborotada.

    ¡Pero en vano, mujer! No me consuelas.
    Estamos separados por un mundo.
    ¿Por qué, si eres la nieve, no me hielas?...

  • Cuando a mis ojos tristes la alegre mariposa,
    como una flor errante discurre en el vergel,
    ¿por qué se me figura que es tu alma caprichosa
    que flota en la mañana y va de rosa en rosa
    bebiendo hasta saciarse rocío, esencia y miel?

    Cuando la tarde cae, cendal de...

  • I
    Pardas o grises, donde no musgosas,
    Tres tapias; y cuadrando el vergelillo,
    Reja oculta en verdor florido en rosas,
    Que son como de un ámbar amarillo.

    Césped. Un pozo con brocal de piedra,
    Lirios, Nardos, Jazmines, Heliotropos.
    Un copudo laurel que al...

  • Como viste ropaje tan leve
    me da pesadumbres,
    pues él filtra y enseña vislumbres
    de la carne de rosa y de nieve.
    ¡Y qué andar! La mocita se mueve
    con garbo de chula.
    Viene y va, y en la marcha modula
    un canto de líneas,
    y en las formas, apenas...