Comunion

Linda Regia! Tus venas son fermentos de mi noser antiguo y del champaña negro de mi vivir! Tu cabello es la ignota raicilla del árbol de mi vid. Tu cabello es la hilacha de una mitra de ensueño que perdí! Tu cuerpo es la espumante escaramuza de un rosado Jordán; y ondea, como un lago beatífico que humillara a la víbora del mal! Tus brazos dan la sed de lo infinito, con sus castas hespérides de luz, cual dos blancos caminos redentores, dos arranques murientes de una cruz. Y están plasmados en la sangre invicta de mi imposible azul! Tus pies son dos heráldicas alondras que eternamente llegan de mi ayer! Linda Regia! Tus pies son las dos lágrimas que al bajar del Espíritu ahogué, un Domingo de Ramos que entré al Mundo, ya lejos para siempre de Belén!

Collection: 
1912

More from Poet

  • Hoy no ha venido nadie a preguntar; ni me han pedido en esta tarde nada. No he visto ni una flor de cementerio en tan alegre procesión de luces. Perdóname, Señor: qué poco he muerto! En esta tarde todos, todos pasan sin preguntarme ni pedirme nada. Y no sé qué se olvidan y se queda mal en mis...

  • Silencio. Aquí se ha hecho ya de noche, ya tras del cementerio se fue el sol; aquí se está llorando a mil pupilas: no vuelvas; ya murió mi corazón. Silencio. Aquí ya todo está vestido de dolor riguroso; y arde apenas, como un mal kerosene, esta pasión. Primavera vendrá. Cantarás «Eva» desde un...

  • Verano, ya me voy. Y me dan pena las manitas sumisas de tus tardes. Llegas devotamente; llegas viejo; y ya no encontrarás en mi alma a nadie. Verano! y pasarás por mis balcones con gran rosario de amatistas y oros, como un obispo triste que llegara de lejos a buscar y bendecir los rotos aros de...

  • En esta noche mi reloj jadea junto a la sien oscurecida, como manzana de revólver que voltea bajo el gatillo sin hallar el plomo. La luna blanca, inmóvil, lagrimea, y es un ojo que apunta... Y siento cómo se acuña el gran Misterio en una idea hostil y ovoidea, en un bermejo plomo. Ah, mano que...

  • I
    El puño labrador se aterciopela,
    y en cruz en cada labio se aperfila.
    Es fiesta! El ritmo del arado vuela;
    y es un chantre de bronce cada esquila.

    Afílase lo rudo. Habla escarcela...
    En las venas indígenas rutila...