Casi-epitalamio

A mi querido amigo Salvador C...

Con cariñosa atención
me anuncias tu matrimonio.
Haces muy bien ¡qué demonio!
Apruebo tu decisión.

Serás muy feliz, de fijo,
y harás feliz a tu esposa.
¡El matrimonio es gran cosa!
Y ya el poeta lo dijo:

«Mucho contra él se propala,
pero cuando todos dan
en casarse, vamos, Juan,
no será cosa tan mala.»

Hay quien dice a voz en cuello
que el matrimonio es un mal,
y que si tal y si cuál
y que si esto y si aquello.

Pero tú que a las personas
mejor que nadie conoces,
sabes bien que esas son voces
que hacen correr las patronas.

Según Tales de Mileto,
que era un sabio muy profundo,
el soltero es en el mundo
un organismo incompleto.

Y prueba, como verás,
con su observación discreta,
que el soltero se completa
con una costilla más.

Y pues que mitad llamamos
a aquella a quien nos unimos,
claro es que a medias vivimos
cuando sin mitad estamos.

Tú has hallado esa mitad,
y así ya puedes burlarte
de que pierdes al casarte
la bendita libertad.

Que esa libertad bendita
la tendrás cuando convenga.
¡No hay casado que no tenga
toda la que necesita!

No conozco a tu futura;
pero no importa. Presiento
que tendrá tanto talento
como bondad y hermosura.

Porque siendo tú un muchacho
de un buen gusto superior,
no vas a entregar tu amor
a cualquiera mamarracho.

En dulce coloquio tierno,
conjugando el verbo amar,
¡qué otoño vais a pasar!
¡Y sobre todo, qué invierno!

¡Hermosa vida! ¡Excelente!
Pasará un año, y al fin,
ya tendréis un chiquitín,
¡y así sucesivamente!

Y al uniros el Amor,
se va a dar el caso raro
de que ella sea tu Amparo
siendo tú su Salvador.

¡Adiós! te quiere y te abraza,
con su parabién sincero,
tu entusiasta compañero
y admirador,

                      VITAL AZA

Adjunto mando un talón
de una caja de botellas
de sidra. Puedes con ellas
endulzar tu santa unión.

Que es la sidra gran receta
que la sangre purifica
y refresca y tonifica
y corrobora y aprieta.

Collection: 
1871

More from Poet

  • TIO Y SOBRINO

    I

    «Mi querido sobrino:
    Acabo de saber, con gran sorpresa,
    que estás para casarte con Teresa,
    la sobrina del juez de Pumarino.
    Tu sabes demasiado
    que el otoño pasado,
    ese juez, que es un tío muy grosero,...

  • Me mandas, caprichosa Dorotea,
    que te haga en un soneto tu retrato,
    y pues no soy ni descortés, ni ingrato,
    acepto gustosísimo tu idea.

    No soy de los que dicen que eres fea.
    ¡Quien lo diga es un necio, un mentecato!
    Yo probaré, cumpliendo tu mandato,
    ...

  •          CUENTO VIEJO

    Un militar muy valiente
    –según propia confesión,–
    delante de mucha gente
    refería lo siguiente
    con vivísima emoción:

    –«El moro nos acosaba...

  • PUNTUACIÓN

    (Contestación a una carta)

    Señora: perdone usted
    mi ruda descortesía,
    como yo le perdoné
    las faltas de ortografía
    que en su epístola encontré.

    ¡Señora, usted me ha ofendido!
    ¿Por qué conmigo se enfada
    y me insulta de corrido,...

  • Es costumbre muy usada
    por algunos escritores,
    al dirigirse a su amada,
    hablar de los ruiseñores,
    de los ríos, de las flores...
    y por fin no decir nada.
           ¡Qué bobada!
    ¿Para qué esa tontería?
           ¡No, señor!
    ¡Menos, menos poesía,...