¡Y esos niños en hilera, llevando el sol de la tarde en sus velitas de cera!... * De amarillo calabaza, en el azul, cómo sube la luna, sobre la plaza! * Duro ceño. Pirata, rubio africano, barbitaheño. Lleva un alfanje en la mano. Estas figuras del sueño... * Donde las niñas cantan en corro, en los jardines del limonar, sobre la fuente, negro abejorro pasa volando, zumba al volar. Se oyó su bronco gruñir de abuelo entre las claras voces sonar, superflua nota de violoncelo en los jardines del limonar. Entre las cuatro blancas paredes, cuando una mano cerró el balcón, por los salones de sal-si-puedes suena el rebato de su bordón. Muda en el techo, quieta, ¿dormida?, la negra nota de angustia está, y en la pradera verdiflorida de un sueño niño volando va...
¡Y esos niños en hilera...
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Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá? Yo voy cantando, viajero a lo largo del sendero... - La tarde cayendo está-. "En el corazón tenía la espina de una pasión; logré arrancármela un día: ya no siento el...
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Yo escucho los cantos de viejas cadencias, que los niños cantan cuando en coro juegan, y vierten en coro sus almas que sueñan, cual vierten sus aguas las fuentes de piedra: con monotonías de risas eternas, que no son alegres, con lágrimas viejas, que no son amargas y dicen tristezas, tristezas...
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Y podrás conocerte recordando del pasado soñar los turbios lienzos, en este día triste en que caminas con los ojos abiertos. De toda la memoria, sólo vale el don preclaro de evocar los sueños.
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Y nada importa ya que el vino de oro rebose de tu copa cristalina, o el agrio zumo enturbie el puro vaso... Tú sabes las secretas galerías del alma, los caminos de los sueños, y la tarde tranquila donde van a morir... Allí te aguardan las hadas silenciosas de la vida, y hacia un jardín de eterna...
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¿Y ha de morir contigo el mundo mago donde guarda el recuerdo los hálitos más puros de la vida, la blanca sombra del amor primero, la voz que fue a tu corazón, la mano que tú querías retener en sueños, y todos los amores que llegaron al alma, al hondo cielo? ¿Y ha de morir contigo el mundo tuyo...