Ya lo sabemos. No nos digas nada.
Lo sabemos: ahórrate la pena
de contarnos sonriendo lo que sufres
desde que estás enferma,
¡ Ah, te vas sin remedio,
te vas, y, sin embargo, no te quejas:
jamás te hemos oído una palabra
que no fuera serena,
serena como tú, como el cariño
de hermanita mayor con que nos besas,
de hermanita mayor que por nosotros
se olvidó de ser novia...
No te quejas,
no quieres afligirnos, pero lloras
cuando nadie te mira, y tu tristeza
silenciosa no tiene una amargura...
¿Por qué serás tan buena?
Te vas
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Las rosas del balcón eran celosas
novias bajo el agravio de la fina
ironía falaz de una vecina
que se ponía a reír de ciertas cosas.Tu perdón desdeñoso fué a las rosas
y tus labios a mí. La muselina
de la suave penumbra vespertina
te envolvió en no... -
Ya sobre los hastíos de tus meditaciones,
como en fugas radiantes escucharás canciones
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Y pasas, y no sola, presintiendo dorados
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como una novia enferma que evoca espirituales
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heroínas que aguardan al amor de las lunas... -
Como las extraordinarias
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que vieron en las estrellas
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así tus blancas patenas
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de tu gesto de mujer,
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de segador de... -
Ya la tarde libra el combate postrero,
en las flechas de oro que lanza el ocaso,
y se va — como un príncipe, caballero
en el rojo corcel del Ocaso. —Se ahonda el misterio de las lejanías,
misterio sombreado de tinte mortuorio,
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