• ¿Por qué, Corina, has engañado
    con tu candor mi tierno pecho?
    De ti yo estaba satisfecho...
    El encanto se ha disipado.
    ¡Con qué dulzura la esperanza
    me ha consolado en mi dolor!
    ¡Ah! Me engañó la semejanza
    de la amistad y del amor.

    Cuando a mirarte yo acertaba
    tú con placer te sonreías,
    y algunas veces conocías
    ...