¡Oh patria, patria, a Dios por largos años,
y quizás por la vida! -Patria amada,
te devoran los pérfidos engaños,
y la víctima pura es inmolada.
Yo que, anegado en lágrimas, camino
sobre el suelo adorado en que naciera,
no soy el infeliz que contamino,
cual dicen, con mi acento tu ribera.
Yo mísero en mis sueños solamente
la dicha...