María amaba al mísero Fileno
como una virgen tierna y solitaria;
por vez primera rinde su albedrío
al tiránico amor que la avasalla.
En su palacio triste y silencioso
ningún acento dulce resonara,
hasta que los decretos de la suerte
al trovador Fileno allí llevaran.
Joven y tierno, bello y misterioso,
los ojos azulados contemplaba...