• Dame tu mano y vamos
    entre la tarde, tristes,
    a recordar los días
    que se fueron.

    Aquella mi pobre casa
    donde en dura pobreza
    bebimos la dulzura,
    aquélla ya no existe.

    Eras alegre entonces
    y a veces eras triste.

    Mas, dame tu mano ahora,
    oh, amor, dame tu mano y vamos
    a recordar siquiera,
    lo que ya no existe.

  •  Con la vista clavada sobre la copa
    se halla abstraído el padre desde hace rato:
    pocos momentos hace rechazó el plato
    del cual apenas quiso probar la sopa.

     De tiempo en tiempo, casi furtivamente,
    llega en silencio alguna que otra mirada
    hasta la...