•  Ya los de la casa se van acercando
    al rincón del patio que adorna la parra,
    y el cantor del barrio se sienta, templando,
    con mano nerviosa la dulce guitarra.

     La misma guitarra, que aun lleva en el cuello
    la marca indeleble, la marca salvaje
    de aquel...

  •  Ya llegan cansados en rondas hambrientas
    a husmear buenos trozos entre los residuos:
    caridad de afables cristianas sirvientas
    que tienen por ellos cuidados asiduos.

     La humildad que baja de sus lagrimales
    se trueca en desplantes de ladridos fieros:
    ...