• Cuando enferma la niña todavía
    salió cierta mañana
    y recorrió, con inseguro paso
    la vecina montaña,
    trajo, entre un ramo de silvestres flores
    oculta una crisálida,
    que en su aposento colocó, muy cerca
    de la camita blanca...
    .................................................................
    Unos días después, en el momento
    en que ella...

  • La luz vaga... opaco el día,
    la llovizna cae y moja
    con sus hilos penetrantes la ciudad desierta y fría.
    Por el aire tenebroso ignorada mano arroja
    un oscuro velo opaco de letal melancolía,
    y no hay nadie que, en lo íntimo, no se aquiete y se recoja
    al mirar las nieblas grises de la atmósfera sombría,
    y al oír en las alturas...

  • Es la hora en que los muertos se levantan
    mientras que duerme el mundo de los vivos,
    en que el alma abandona el frágil cuerpo
    y sueña con lo santo y lo infinito.

    .............................................

    Vierte la luna plateados rayos
    que reflejan las ondas en el río
    y que iluminan, con sus tintes vagos
    los medrosos despojos de un Castillo...

  • Melancólica y dulce cual la huella
    que un sol poniente deja en el azul
    cuando baña a lo lejos los espacios
    con los últimos rayos de su luz
    mientras tiende la noche por los cielos
    de la penumbra el misterioso tul.

    Süave como el canto que el poeta
    en un suspiro involuntario da,
    pura como las flores entreabiertas
    de la selva en la agreste...

  • Juan Lanas, el mozo de esquina,
    es absolutamente igual
    al Emperador de la China:
    los dos son el mismo animal.
    Juan Lanas cubre su pelaje
    con nuestra manta nacional;
    el gran magnate lleva un traje
    de seda verde excepcional.
    Del uno cuidan cien dragones
    de porcelana y de cristal;
    Juan Lanas carga maldiciones
    y gruesos fardos por...

  • EL PACIENTE:
    Doctor, un desaliento de la vida
    que en lo íntimo de mí se arraiga y nace,
    el mal del siglo... el mismo mal de Werther,
    de Rolla, de Manfredo y de Leopardi.
    Un cansancio de todo, un absoluto
    desprecio por lo humano... un incesante
    renegar de lo vil de la existencia
    digno de mi maestro Schopenhauer;
    un...

  • A una boca vendida,
    a una infame boca,
    cuando sintió el impulso que en la vida
    a locuras supremas nos provoca,
    dio el primer beso, hambriento de ternura
    en los labios sin fuerza, sin frescura.
    No fue como Romeo
    al besar a Julieta;
    el cuerpo que estrechó cuando el deseo
    ardiente aguijoneó su carne inquieta,
    fue el cuerpo vil de vieja...

  • Cuando ya de la vida
    el alma tenga, con el cuerpo, rota,
    y duerma en el sepulcro
    esa noche, más larga que las otras,

    mis ojos, que en recuerdo
    del infinito eterno de las cosas,
    guardaron sólo, como de un ensueño,
    la tibia luz de tus miradas hondas,

    al ir descomponiéndose
    entre la oscura fosa,
    verán, en lo ignorado de la muerte,...

  • De placeres carnales el abuso,
    de caricias y besos,
    goza, y ama con toda tu alma, iluso;
    agótate en excesos.

    Y si de la avariosis te librara
    la sabia profilaxia,
    al llegar los cuarenta, irás sintiendo
    un principio de ataxia.

    De la copa que guarda los olvidos
    bebe el néctar que agota:
    perderás el magín y los sentidos
    con la...

  • Bajo los árboles viejos
    cuya sombra el suelo baña
    miro perdida a lo lejos
    una pequeña cabaña.
    Todo en quietud allí vese,
    la ventana no está abierta
    y el musgo grisoso crece
    sobre el umbral de la puerta.
    Cual tibio aliento aromado
    que el frío condensa en nube
    humo tenue y azulado
    en espiral de ella sube.
    Del alma que allí...