Edenia

Melancólica y dulce cual la huella que un sol poniente deja en el azul cuando baña a lo lejos los espacios con los últimos rayos de su luz mientras tiende la noche por los cielos de la penumbra el misterioso tul. Süave como el canto que el poeta en un suspiro involuntario da, pura como las flores entreabiertas de la selva en la agreste oscuridad do detenido en las musgosas ramas no filtra un rayo de la luz solar. Mujer, toda mujer ardiente, casta alumbrada con luz de lo ideal... Radiante de virtud y de belleza como mi alma la llegó a soñar, ¿en sus sueños de cándida ternura así la encontrará?

Collection: 
1885

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  • Noble como la cándida adorada del inmortal poeta florentina, corona de la frente inmaculada el dorado cabello que sobre el hombro flota en blondos rizos, perdida en el espacio la mirada como se pierde en su conjunto bello la de aquél que contempla sus hechizos. Hay infinita luz que reverbera en...

  • Las cosas viejas, tristes, desteñidas, sin voz y sin color, saben secretos de las épocas muertas, de las vidas que ya nadie conserva en la memoria, y a veces a los hombres, cuando inquietos las miran y las palpan, con extrañas voces de agonizante, dicen, paso, casi al oído, alguna rara historia...

  • Soñaba en ese entonces en forjar un poema, De arte nervioso y nueva obra audaz y suprema, Escogí entre un asunto grotesco y otro trágico Llamé a todos los ritmos con un conjuro mágico Y los ritmos indóciles vinieron acercándose, Juntándose en las sombras, huyéndose y buscándose, Ritmos sonoros,...

  • Cuando al quererlo la suerte
    se mezclan a nuestras vidas,
    de la ausencia o de la muerte,
    las penas desconocidas,

    y, envueltos en el misterio
    van, con rapidez que asombra,
    amigos al cementerio,
    ilusiones a la sombra,

    la intensa voz de ternura...

  • Si en tus recuerdos ves algún día entre la niebla de lo pasado surgir la triste memoria mía medio borrada ya por los años, piensa que fuiste siempre mi anhelo y si el recuerdo de amor tan santo mueve tu pecho; nubla tu cielo, llena de lágrimas tus ojos garzos; ¡ah! ¡no me busques aquí en la...