• Al llegar la hora esperada
    en que de amarla me muera,
    que dejen una palmera
    sobre mi tumba plantada.

    Así cuando todo calle,
    en el olvido disuelto,
    recobrará el tronco esbelto
    la elegancia de su talle.

    En la copa, que su alteza
    doble con melancolía,
    se abatirá la sombría
    dulzura de su cabeza.

    Entregará con ternura...

  • Palmera brasileña, que al caminante herido
    ofrendaras tus dátiles de pasión y de olvido,
    en el desierto único: tu eres la apoteosis
    que, nimbando de incendios sus fecundas neurosis,

    cruzas por los vaivenes de su hondos desvelos
    como si fueras luna de sus noches de duelos.
    Yo traigo a tu floresta la alondra moribunda
    que, en el violín del bosque,...