No la profunda paz apetecida
y el usado silencio aquí se advierte,
que hoy anima el bullicio, de la vida
el dormido palacio de la Muerte.
Mas gente, a igual destino reservada,
es bien que, suspendiendo su alegría,
a conocer aprenda la morada
que para siempre ha de habitar un día.
¡Cuántos de los que aquí mueven el paso,
al lucir este día...