•  La mesa estaba alegre como nunca.
    Bebíamos el té: mamá reía
    recordando, entre otros,
    no sé qué antiguo chisme de familia,
    una de nuestras primas comentaba
    — recordando con gracia los. modales,
    de un testigo irritado — el incidente
    que presenció en la calle;
    los niños se empeñaban, chacoteando...

  • Para mí tu recuerdo es hoy como una sombra
    del fantasma que dimos el nombre de adorada…
    Yo fui bueno contigo. Tu desdén no me asombra,
    pues no me debes nada, ni te reprocho nada.

    Yo fui bueno contigo como una flor. Un día
    del jardín en que solo soñaba me arrancaste;
    te di todo el perfume de mi melancolía,
    y como quien no hiciera ningún mal me dejaste...

  • Aquellos árboles
    hacia el poniente
    en fila navegando
    y una voz de mujer, de tarde desmayada,
    una voz que me llama,
    están llamando.

    Un cerco de cinacinas,
    una paloma muerta en el camino
    y una risa que ría,
    están llorando.

    Oh paisaje viajero,
    hacia el poniente huyendo,
    me navegas la sangre
    que te he dado.