• 1. En mí yo no vivo ya,
    y sin Dios vivir no puedo;
    pues sin él y sin mí quedo,
    este vivir ¿qué será?
    Mil muertes se me hará,
    pues mi misma vida espero,
    muriendo porque no muero.

    2. Esta vida que yo vivo
    es privación de vivir;
    y así, es continuo morir
    hasta que viva contigo.
    Oye, mi Dios, lo que digo:
    que esta...

  • El Pajarito, madre,

    después que me picó,

    me ha dejado burlada.

    ¡Ay de mi, qué dolor!

    El Pájaro ya voló.

    El Pájaro era blanco,

    travieso y juguetón,

    de pluma crespa y negra,

    con pico de arrebol.

    Estando yo solita

    en mi cuarto se entró

    y mil dulces tonadas

    al punto me cantó.

    En ellas...

  • ¡Ay del que llega sediento
    a ver el agua correr
    y dice: La sed que siento
    no me la calma el beber!
    ¡Ay de quien bebe, y, saciada
    la sed, desprecia la vida:
    moneda al tahúr prestada,
    que sea al azar rendida!
    Del iluso que suspira
    bajo el orden soberano,
    y del que sueña la lira
    pitagórica en su mano.
    ¡Ay del noble...

  • Entréme donde no supe: y quedéme no sabiendo, toda ciencia trascendiendo.

    1. Yo no supe dónde estaba,
    pero, cuando allí me vi,
    sin saber dónde me estaba,
    grandes cosas entendí;
    no diré lo que sentí,
    que me quedé no sabiendo,
    toda ciencia trascendiendo.

    2. De paz y de piedad
    era la ciencia perfecta,
    en profunda...

  • Poeta ayer, hoy triste y pobre
    filósofo trasnochado,
    tengo en monedas de cobre
    el oro de ayer cambiado.
    Sin placer y sin fortuna,
    pasó como una quimera
    mi juventud, la primera...,
    la sola, no hay más que una;
    la de dentro es la de fuera.
    Pasó como un torbellino,
    bohemia y aborrascada,
    harta de coplas y vino,
    mi...

  • Para endulzar un poco tus desvíos
    fijas en mí tu angelical mirada
    y hundes tus dedos pálidos y fríos
    en mi oscura melena alborotada.

    ¡Pero en vano, mujer! No me consuelas.
    Estamos separados por un mundo.
    ¿Por qué, si eres la nieve, no me hielas?
    ¿Por qué, si soy el fuego, no te fundo?

    Tu mano espiritual y transparente,
    cuando acaricia mi...

  • Violento de armonía, en el tono de la resaca,
    llega el coro de las siete provincias,
    siete rostros adolescentes
    en las siete ventanas
    de las estrellas de la Autonomía.
    Cantan. Canta con ellas la niñez de la Patria,
    que la primera leche de los labios destila,
    baja de las estrellas el primer rubio
    que cose en los maizales el botón de la espiga;...

  • La Natura es un templo donde vividos pilares
    Dejan, a veces, brotar confusas palabras;
    El hombre pasa a través de bosques de símbolos
    que lo observan con miradas familiares.

    Como prolongados ecos que de lejos se confunden
    En una tenebrosa y profunda unidad,
    Vasta como la noche y como la claridad,
    Los perfumes, los colores y los sonidos se responden....

  • Herido y muerto, hermano,
    criatura veraz, republicana, están andando en su trono,
    desde que tu espinazo cayó famosamente;
    están andando, pálido, en tu edad flaca y anual,
    laboriosamente absorta ante los vientos.

    Guerrero en ambos dolores,
    siéntate a oír, acuéstate al pie del palo súbito,
    inmediato de tu trono;
    voltea;
    están las nuevas...

  • Cortó dorado estambre Átropos dura
    Con el cuchillo, si violento, ufano,
    Al milagro divino de lo humano,
    Al compendio feliz de la hermosura.

    ¡Oh de la Parca mano más impura!
    ¡Oh de la Parca golpe más tirano!
    Impura, pues manchó candor lozano,
    Tirano, pues truncó belleza pura.

    Cuando tanta hermosura se destierra,
    Si por llorar (¡oh...