¿Leíste alguna vez allá en el Tasso
La suave historia del jardín de Armida?
¿Del pájaro te acuerdas prodigioso
De varias plumas y de rojo pico,
Que con humana voz allí cantaba
La vida del amor y de las rosas,
Las rosas codiciadas
De mil amantes y de mil doncellas,
Para adornar con ellas
La tersa frente o el mullido seno?
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Un árbol que vegetaba
en apartado sendero,
así a un pájaro viajero
con tristes voces hablaba:«Yo a la tierra estoy sujeto,
y tú en el éter vacío
te espacias a tu albedrío:
tú vives y yo vegeto.
¡Ah! ¡Cuánta parte del mundo
recorres en sólo un día,
con sin igual alegría,
con deleite sin segundo!
Adonde te place vas,...