Fanciullo era un admirable bufón, casi un amigo del príncipe. Mas, para las personas consagradas a lo cómico por profesión, lo serio tiene atractivos fatales, y por raro que pueda parecer que las ideas de patria y de libertad se apoderen despóticamente del cerebro de un histrión, un día...

Como bestias meditabundas sobre la arena tumbadas,
Ellas vuelven sus miradas hacia el horizonte del mar,
Y sus pies se buscan y sus manos entrelazadas
Tienen suaves languideces y escalofríos amargos.

Las unas, corazones gustosos de las largas confidencias,
En el...

A la pálida claridad de las lámparas mortecinas,
Sobre profundos cojines impregnados de perfume,
Hipólita evocaba las caricias intensas
Que levantaran la cortina de su juvenil candor.

Ella buscaba, con mirada aún turbada por la tempestad,
De su ingenuidad el cielo...

Grandes bosques, me espantáis como catedrales;
Aulláis como el órgano; y en nuestros corazones malditos,
Estancias de eterno duelo donde vibran viejos estertores,
Responden a los ecos de vuestros De profundis.

¡Yo te odio, Océano! tus saltos y tus tumultos,
Mi...

Yo quiero, para componer castamente mis églogas,
Acostarme cerca del cielo, como los astrólogos,
Y vecino de los campanarios, escuchar soñando
Sus himnos solemnes arrastrados por el viento.
Las dos manos bajo el mentón, desde lo alto de la bohardilla,

Yo veré el...

Tu cabeza, tu gesto, tu aire
Son hermosos como un bello paisaje;
La risa juega en tu rostro
Como una brisa fresca en un cielo claro.

Al pasajero disgusto que rozas
Lo diluye la salud
Que brota cual un destello
De tus brazos y de tus hombros.

Los...

Cuando, los dos ojos cerrados, en una cálida tarde otoñal,
Yo aspiro el aroma de tu seno ardiente,
Veo deslizarse riberas dichosas
Que deslumbran los rayos de un sol monótono;

Una isla perezosa en que la naturaleza da
Árboles singulares y frutos sabrosos;
...

¡Eres un hermoso cielo de otoño, claro y rosado!
Pero la tristeza en mí sube como el mar,
Y deja, al refluir, sobre mi labio moroso
El recuerdo penetrante de su limo amargo.

—Tu mano se desliza en vano sobre mi pecho que se pasma;
Lo que ella busca, amiga, es un...

¿Qué dirás esta noche, pobre alma solitaria,
Qué dirás, corazón mío, corazón otrora marchito,
A la hermosísima, a la buenísima, a la carísima,
Cuya divina mirada de pronto te ha reflorecido?

—Emplearemos nuestro orgullo entonando sus loas,
Nada vale la dulzura de...

Cuando tú duermas, mi bella tenebrosa,
En el fondo de un mausoleo construido en mármol negro,
Y cuando no tengas por alcoba y morada
Más que una bóveda lluviosa y una fosa vacía;

Cuando la piedra, oprimiendo tu pecho miedosa
Y tus caderas que atemperaba un...