• Cuitada navecilla
    Por mil partes hendida,
    Y por otras dos mil rota y cascada.
    Tirada ya á la orilla
    Como cosa perdida,
    Y aun de tus mismos dueños olvidada:
    Por inútil dexada
    En la seca ribera
    Fuera del agua, y de las olas fuera.

    ¿Has de volver agora
    Desamparada y sola
    A recibir del mar de nuevo afrenta,
    Y aguardar cada...

  • Culpóme por agravios
    (Por querer ser Abeja de sus labios):
    Anarda esquiva, y luego
    Hurtándole un clavel mi dulce fuego,
    Le dije: Dueño hermoso,
    Aunque no quieras tú, seré dichoso,
    Besando del clavel porción tan poca,
    Pues si beso el clavel, beso tu boca.

  • Cultivo una rosa blanca,
    en julio como en enero,
    para el amigo sincero
    que me da su mano franca.

    Y para el cruel que me arranca
    el corazón con que vivo,
    cardo ni ortiga cultivo:
    cultivo una rosa blanca.

  • Cutufato y su gato

    Quiso el niño Cutufato
    Divertirse con un gato;
    Le ató piedras al pescuezo,
    Y riéndose el impío
    Desde lo alto de un cerezo
    Lo echó al río.

    Por la noche se acostó;
    Todo el mundo se durmió,
    Y entró a verlo un visitante
    El espectro de un amigo,
    Que le dijo: ¡Hola! al instante
    ¡Ven conmigo!

    Perdió...

  • Canciones entre el alma y el Esposo

    Esposa

    1. ¿Adónde te escondiste,
    Amado, y me dejaste con gemido?
    Como el ciervo huiste,
    habiéndome herido;
    salí tras ti clamando, y eras ido.

    2. Pastores, los que fuerdes
    allá por las majadas al otero:
    si por ventura vierdes
    aquel que yo más quiero,
    decidle que...

  • Yo vivo encadenado a tu hermosura,
    lo mismo que a su roca, Prometeo,
    sin poder quebrantar la ligadura
    que me une a ti… por más que forcejeo!

    De qué delito bárbaro fui reo,
    para tener que soportar tan dura
    y a la vez dulce pena?, mi deseo
    es un placer que llega a la tortura!

    Me atraes como abismo luminoso:
    Lucho, por arrancarme de tu lado...

  • Daba el reloj las doce... y eran doce
    golpes de azada en tierra...
    — ¡Mi hora! ...—grité. El silencio
    me respondió: —No temas;
    tú no verás caer la última gota
    que en la clepsidra tiembla.
    Dormirás muchas horas todavía
    sobre la orilla vieja,
    y encontrarás una mañana pura
    amarrada tu barca a otra ribera.

  • Damiana se casa.jpg

    -Con mis amargos pensares
    y con mis desdichas todas,
    haré tu ramo de bodas,
    que no será de azahares.

    ...
  • A Juan Verdesoto

    Va ligera, va pálida, va fina,
    cual si una alada esencia poseyera.
    Dios mío, esta adorable danzarina
    se va a morir, se va a morir ... se muere.

    Tan aérea, tan leve, tan divina,
    se ignora si danzar o volar quiere;
    y se torna su cuerpo un ala fina,
    cual si el soplo de Dios lo sostuviere.

    Sollozan perla a perla...

  • Para Ernesto Christophe

    Como un viviente, arrogante de su noble estatura,
    Con su gran ramillete, su pañuelo y sus guantes,
    Ella tiene la indolencia y la desenvoltura
    De una coqueta flaca de porte extravagante.

    ¿Se vio alguna vez en el baile un talle más delgado?
    Su...