• En tus ojos un misterio;
    en tus labios, un enigma,
    y yo, fijo en tus miradas
    y extasiado en tus sonrisas.

  • Voy a confiarte, amada,
    uno de los secretos
    que más me martirizan. Es el caso
    que a las veces mi ceño
    tiene en un punto mismo
    de cólera y esplín los fruncimientos.
    O callo como un mudo,
    o charlo como un necio,
    suplicando el discurso
    de burlas, carcajadas y dicterios.
    ¿Que me miran? Agravio.
    ¿Me han hablado? Zahiero.
    Medio...

  • ¿Que no hay alma? ¡Insensatos!
    Yo la he visto: es de luz...
    (Se asoma a tus pupilas
    cuando me miras tú.)

    ¿Que no hay cielo? ¡Mentira!
    ¿Queréis verle? Aquí está.
    (Muestra, niña gentil,
    ese rostro sin par,
    y que de oro lo bañe
    el sol primaveral.)

    ¿Que no hay Dios? ¡Qué blasfemia!
    Yo he contemplado a Dios...
    (En aquel casto...

  • -Allá está la cumbre.
    -¿Qué miras? -Un astro.
    -¿Me amas? -¡Te adoro!
    -¿Subimos? -¡Subamos!
    -¿Qué ves? -Una aurora
    fugitiva y pálida.
    -¿Qué sientes? -Anhelo.
    -Ésa es la esperanza.
    -¡Qué alientos de vida!
    ¡Qué fuegos de sol!
    ¡Qué luz tan radiante!
    -¡Ése es el amor!
    -¿Qué ves a tus plantas?
    -Un profundo abismo.
    -¿...

  • El ave azul del sueño
    sobre mi frente pasa;
    tengo en mi corazón la primavera
    y en mi cerebro el alba.
    Amo la luz, el pico de la tórtola,
    la rosa y la campánula,
    el labio de la virgen
    y el cuello de la garza.
    !Oh, Dios mío, Dios mío!...
    Sé que me ama...

    Cae sobre mi espíritu
    la noche negra y trágica;
    busco el seno profundo...

  • A orillas del ancho río
    se levanta un árbol muerto,
    que arraiga en húmeda tierra
    y alza los brazos al cielo.
    ¿Para qué pasan las aguas
    su pie nudoso lamiendo?
    ¿Para qué las tibias brisas
    de abril le prodigan besos?
    ¿Para qué en las ramas secas
    detiene el pájaro el vuelo?
    Ni henchirá el tronco la savia,
    ni hojas moverán los...

  • Al ver mi honda aflicción por tus desvíos,
    fijas en mi tu angelical mirada
    y hundes tus dedos pálidos y fríos
    en mi oscura melena alborotada.

    ¡Pero en vano, mujer! No me consuelas.
    Estamos separados por un mundo.
    ¿Por qué, si eres la nieve, no me hielas?
    ¿Por qué, si soy el fuego, no te fundo?

    Me aproximo... y te tiñes de escarlata
    y...

  • Quiero seguir
    á tí, flor de las flores,
    siempre decir
    cantar á tus loores:
    non me partir
    de te servir,
    mejor de las mejores!

    Grand fianza
    he yo en tí, Señora,
    la mi esperanza
    en tí es toda hora:
    de tribulanza
    sin tardanza
    venme librar agora.

    Estrella del mar
    puerto de folgura
    remedio de pesar...

  • Santa Vírgen escogida,
    de Dios madre muy amada,
    en los cielos ensalzada
    del mundo salud é vida.

    Del mundo salud é vida,
    de muerte destruimiento,
    de gracia llena é cumplida,
    de cuitados salvamiento:
    de aqueste dolor que siento
    en presion sin merecer,
    tu me dona estorcer
    con el tu merecimiento.

    Con el tu merecimiento...

  • Señora, estrella luciente,
    que á todo el mundo guia,
    guia á este tu sirviente
    que su alma en tí fia.

    A canela bien oliente
    eres, Señora, comparada,
    de la mirra de oriente
    has loor muy señalada:
    á tí fas clamor la gente
    en sus cuitas todavia,
    quien por pecador se siente
    llama á Santa Maria.

    Al cedro en la altura
    te...