• Así, como jugando, te acerqué el corazón
    Hace ya mucho tiempo, en una primavera...
    Pero tú, indiferente, pasaste por mi vera...
    Hace ya mucho tiempo.

    Sabio de toda cosa, no sabías acaso
    Ese juego de niña que cubría discreto
    Con risas inocentes el tremendo secreto,
    Sabio de toda cosa...

    Hoy, de vuelta a mi lado, ya mujer, tú me pides
    El...

  • Mientras ausente estaba

    un pobre labrador de su alquería,

    su mujer padecía

    dolor de muelas. Esto lo causaba

    un raigón que, metido

    en la encía, tenía carcomido.

    En el lugar hacía de barbero

    un mancebo maulero

    a quien ella quería,

    por lo cual mandó a un chico que tenía

    le buscase y dijese

    que a sacarla un raigón luego...

  • Hay un pedazo en el mundo
    de tierra que yo no olvido
    es para mi tan querido
    tan sagrado, tan profundo
    Cuando en sus recuerdos hundo
    mis nostalgias de cantor
    hago versos del dolor
    que mi corazón encierra
    y se los canto a la tierra
    que fuera un nido de amor.

    Bajo el pasto que ha crecido
    copioso y divinamente
    se oculta para...

  • Un ratoncito pequeño,
    sin malicia todavía,
    al despertar de su sueño,
    se sentó en su cuarto un día.

    Delante del agujero
    sentado un gatito estaba
    y con tono zalamero
    así al ratoncito hablaba:

    —Sal, querido ratoncillo,
    que te quiero acariciar,
    te traigo un dulce exquisito
    que te voy a regalar.

    —Tengo un azúcar muy buena,...

  • 1

    Un carnívoro cuchillo
    de ala dulce y homicida
    sostiene un vuelo y un brillo
    alrededor de mi vida.

    Ala de metal crispado,
    fulgentemente caído,
    picotea mi costado
    y hace en él un triste nido.

    Mi sien, florido balcón
    de mis edades tempranas,
    negra está, y mi corazón,
    y mi corazón con canas.

    Tal es la mala...

  • 10

    Tengo estos huesos hechos a las penas
    y a las cavilaciones estas sienes:
    pena que vas, cavilación que vienes
    como el mar de la playa a las arenas.

    Como el mar de la playa a las arenas,
    voy en este naufragio de vaivenes,
    por una noche oscura de sartenes
    redondas, pobres, tristes y morenas.

    Nadie me salvará de este naufragio...

  • 11

    Te me mueres de casta y de sencilla:
    estoy convicto, amor, estoy confeso
    de que, raptor intrépido de un beso,
    yo te libé la flor de la mejilla.

    Yo te libé la flor de la mejilla,
    y desde aquella gloria, aquel suceso,
    tu mejilla, de escrúpulo y de peso,
    se te cae deshojada y amarilla.

    El fantasma del beso delincuente
    el...

  • 12

    Una querencia tengo por tu acento
    una apetencia por tu compañía
    y una dolencia de melancolía
    por la ausencia del aire de tu viento.

    Paciencia necesita mi tormento,
    urgencia de tu garza galanía,
    tu clemencia solar mi helado día,
    tu asistencia la herida en que lo cuento.

    ¡Ay querencia, dolencia y apetencia!:
    tus...

  • 13

    Mi corazón no puede con la carga
    de su amorosa y lóbrega tormenta
    y hasta mi lengua eleva la sangrienta
    especie clamorosa que lo embarga.

    Ya es corazón mi lengua lenta y larga,
    mi corazón y es lengua larga y lenta...
    ¿Quieres contar sus penas? Anda y cuenta
    los dulces granos de la arena amarga.

    Mi corazón no puede más de triste...

  • 14

    Silencio de metal triste y sonoro,
    espadas congregando con amores
    en el final de huesos destructores
    de la región volcánica del toro.

    Una humedad de femenino oro
    que olió puso en su sangre resplandores,
    y refugió un bramido entre las flores
    como un huracanado y vasto lloro.

    De amorosas y cálidas cornadas
    cubriendo está...