• A la muerte mirándote vecino,
    lleno de dolorosa simpatía,
    comparo con el tuyo mi destino;
    y aunque de ti doliéndome, imagino
    menos triste tu suerte que la mía.
    Pues consuela tu vida moribunda
    la tierna prole que tu seca planta,
    numerosa y bellísima, circunda,
    y llena ya de tu virtud fecunda,
    presurosa a tu sombra se levanta.
    Contento...