• Nó, retira esa droga, que no luche
    por más tiempo del doctor... ¡Es muy tenaz!
    Ven, que el latido de tu pecho escuche.

                 ¡Ven, acércate más!

    Dime, ¿quieres curarme? ¿Sí? Pues eso
    fácil es y un remedio hay eficaz:
    ¡pon tu boca en mi boca y dame un beso
                 que no acabe jamás!

  • Todo te cubre de la muerte el hielo:
    vanos ya los esfuerzos son del arte
    de médicos humanos, y salvarte
    sólo pudiera el Médico del cielo.
    Conozco en el instante de perderte,
    cuánto a ti estaba mi existencia unida,
    y el amor que durmiendo estaba en vida
    se despierta ardoroso con tu muerte.
    Pronto, rotas del cuerpo las lazadas,
    y libre de lo...