• Meditación

    Era el primero de noviembre. Lánguido
    el sol, bajando al Occidente, el velo
    de las nubes inmóviles teñía
    de oro, de rosa y de carmín. Los negros
    montes en torno sus abruptas cumbres
    coronadas de luz, sobre los cielos
    azules destacaban. A mis plantas
    los campos sin verdor, con cenicientos
    vapores confundíanse, y la noche
    en...