• Hasta cuándo estaremos esperando lo que
    no se nos debe... Y en qué recodo estiraremos
    nuestra pobre rodilla para siempre! Hasta cuándo
    la cruz que nos alienta no detendrá sus remos.

    Hasta cuándo la Duda nos brindará blasones
    por haber padecido!...
    Ya nos hemos sentado
    mucho a la mesa, con la amargura de un niño
    que a media...

  • La noche es una copa de mal. Un silbo agudo
    del guardia la atraviesa, cual vibrante alfiler.
    Oye, tú, mujerzuela, ¿cómo, si ya te fuiste,
    la onda aún es negra y me hace aún arder?

    La Tierra tiene bordes de féretro en la sombra.
    Oye, tú, mujerzuela, no vayas a volver.

    A carne nada, nada
    en la copa de sombra que me hace aún doler;
    mi carne nada...

  • El suertero que grita «La de a mil»
    tiene no sé qué fondo de Dios.

    Pasan todos los labios. El hastío
    despunta en una arruga su yanó.
    Pasa el suertero que atesora, acaso
    nominal, como Dios,
    entre panes tantálicos, humana
    impotencia de amor.

    Yo le miro el andrajo. Y él pudiera
    darnos el corazón;
    pero la suerte aquella que en sus...

  • Así pasa la vida, como raro espejismo.
    La rosa azul que alumbra y da el ser al cardo!
    junto al dogma del fardo
    matador, el sofisma del Bien y la Razón!

    Se ha cogido, al acaso, lo que rozó la mano;
    los perfumes volaron, y entre ellos se ha sentido
    el moho que a mitad de la ruta ha crecido
    en el manzano seco de la muerta Ilusión.

    Así pasa la...

  • Esta mañana bajé
    a las piedras, oh las piedras!
    Y motivé y troquelé
    un pugilato de piedras.

    Madre nuestra, si mis pasos
    en el mundo hacen dolor,
    es que son los fogonazos
    de un absurdo amanecer.

    Las piedras no ofenden; nada
    codician. Tan sólo piden
    amor a todos, y piden
    amor aun a la Nada.

    Y si algunas. de ellas se...

  • Cada cinta de fuego
    que, en busca del Amor,
    arrojo y vibra en rosas lamentables,
    me da a luz el sepelio de una víspera.
    Yo no sé si el redoble en que lo busco,
    será jadear de roca,
    o perenne nacer de corazón.

    Hay tendida hacia el fondo de los seres,
    un eje ultranervioso, honda plomada.
    La hebra del destino!
    Amor desviará tal ley de...

  • En Lima... En Lima está lloviendo
    el agua sucia de un dolor
    qué mortífero! Está lloviendo
    de la gotera de tu amor.

    No te hagas la que está durmiendo,
    recuerda de tu trovador;
    que yo ya comprendo.. . comprendo
    la humana ecuación de tu amor.

    Truena en la mística dulzaina
    la gema tempestuosa y zaina,
    la brujería de tu “sí”.

    Mas...

  • Hay ganas de volver, de amar, de no ausentarse,
    y hay ganas de morir, combatido por dos
    aguas encontradas que jamás- han de istmarse.

    Hay ganas: de un gran beso que amortaje a la Vida,
    que acaba en el áfrica de una agonía ardiente,
    suicida!

    Hay ganas de... no tener ganas. Señor;
    a ti yo te señalo. con el dedo deicida:
    hay ganas de no haber...

  • Arriero, vas fabulosamente vidriado de sudor.
    La hacienda Menocucho
    cobra mil sinsabores diarios por la vida.
    Las doce. Vamos a la cintura del día.
    El sol que duele mucho.

    Arriero, con tu poncho colorado te alejas,
    saboreando el romance peruano de tu coca.
    Y yo desde una hamaca,
    desde un siglo de duda,
    cavilo tu horizonte y atisbo,...

  • Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
    me pesa haber tomádote tu pan;
    pero este pobre barro pensativo
    no es costra fermentada en tu costado:
    tú no tienes Marías que se van!

    Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
    hoy supieras ser Dios;
    pero tú, que estuviste siempre bien,
    no sientes nada de tu creación.
    Y el hombre sí te sufre: el Dios es...