• Las ropas desceñidas,
    desnudas las espadas,
    en el dintel de oro de la puerta
    dos ángeles velaban.

    Me aproximé a los hierros
    que defienden la entrada,
    y de las dobles rejas en el fondo
    la vi confusa y blanca.

    La vi como la imagen
    que en un ensueño pasa,
    como un rayo de luz tenue y difuso
    que entre tinieblas nada.

    Me...