• ¡De Ovidio los dulces versos
    qué tristes lecciones guardan!

    Cuando la tarde las sombras
    prolonga de las montañas,
    yo, al pie de los viejos olmos
    que el arroyo copia y baña,
    leí de Orfeo y de Eurídice,
    meditabundo la fábula.

    Al hondo averno desciende
    el bello cantor de Tracia,
    diciendo al son de la lira
    las concertadas palabras...