• Yo quiero, para componer castamente mis églogas,
    Acostarme cerca del cielo, como los astrólogos,
    Y vecino de los campanarios, escuchar soñando
    Sus himnos solemnes arrastrados por el viento.
    Las dos manos bajo el mentón, desde lo alto de la bohardilla,

    Yo veré el taller que canta y que charla;
    Las chimeneas, los campanarios, esos mástiles de la cité,
    Y...

  • Tu cabeza, tu gesto, tu aire
    Son hermosos como un bello paisaje;
    La risa juega en tu rostro
    Como una brisa fresca en un cielo claro.

    Al pasajero disgusto que rozas
    Lo diluye la salud
    Que brota cual un destello
    De tus brazos y de tus hombros.

    Los refulgentes colores
    Con que salpicas tus vestidos
    Vuelcan en el espíritu de los poetas...

  • Cuando, los dos ojos cerrados, en una cálida tarde otoñal,
    Yo aspiro el aroma de tu seno ardiente,
    Veo deslizarse riberas dichosas
    Que deslumbran los rayos de un sol monótono;

    Una isla perezosa en que la naturaleza da
    Árboles singulares y frutos sabrosos;
    Hombres cuyo cuerpo es delgado y vigoroso
    Y mujeres cuya mirada por su franqueza sorprende.

    ...
  • ¡Eres un hermoso cielo de otoño, claro y rosado!
    Pero la tristeza en mí sube como el mar,
    Y deja, al refluir, sobre mi labio moroso
    El recuerdo penetrante de su limo amargo.

    —Tu mano se desliza en vano sobre mi pecho que se pasma;
    Lo que ella busca, amiga, es un lugar saqueado
    Por la garra y el diente feroz de la mujer.
    No busques más mi corazón; las...

  • ¿Qué dirás esta noche, pobre alma solitaria,
    Qué dirás, corazón mío, corazón otrora marchito,
    A la hermosísima, a la buenísima, a la carísima,
    Cuya divina mirada de pronto te ha reflorecido?

    —Emplearemos nuestro orgullo entonando sus loas,
    Nada vale la dulzura de su autoridad;
    Su carne espiritual tiene el perfume de los Ángeles,
    Y su mirada nos...

  • Cuando tú duermas, mi bella tenebrosa,
    En el fondo de un mausoleo construido en mármol negro,
    Y cuando no tengas por alcoba y morada
    Más que una bóveda lluviosa y una fosa vacía;

    Cuando la piedra, oprimiendo tu pecho miedosa
    Y tus caderas que atemperaba un deleitoso abandono,
    Impida a tu corazón latir y querer,
    Y a tus pies correr su carrera...

  • En un gabinete de hombres solos, es decir, en la sala de fumar perteneciente a un elegante garito, cuatro hombres fumaban y bebían. No eran precisamente jóvenes ni viejos, guapos ni feos; pero, viejos o jóvenes, ostentaban esa distinción no despreciable de los veteranos del goce, ese indescriptible no sé qué, esa tristeza fría y burlona que dice claramente: «Hemos vivido con intensidad y...

  • Ángel lleno de alegría, ¿conoces la angustia,
    La vergüenza, los remordimientos, los sollozos, las molestias,
    Y los vagos terrores de esas horribles noches
    Que oprimen el corazón como un papel estrujado?
    Ángel lleno de alegría, ¿conoces la angustia?

    Ángel lleno de bondad, ¿conoces el odio,
    Los puños crispados, en la sombra y las lágrimas de hiel,
    ...

  • Extravagante deidad, oscura como las noches,
    Con perfume mezclado de almizcle y de habano,
    Obra de algún obi, el Fausto de la sabana,
    Hechicera con ijares de ébano, engendro de negras mediasnoches,

    Yo prefiero a la constancia, al opio, a las noches,
    El elixir de tu boca donde el amor se pavonea;
    Cuando hacia ti mis deseos parten en caravana,
    Tus ojos...

  • "¿De dónde os viene, decís, esta tristeza extraña,
    Trepando como el mar sobre el peñón negro y desnudo?"
    —Cuando nuestro corazón ha hecho una vez su vendimia,
    ¡Vivir es un mal! Es un secreto de todos conocido,

    Un dolor muy simple y nada misterioso,
    Y, como vuestra alegría, brillante para todos.
    Deja de buscar, entonces, ¡Oh, bella curiosa!
    Y, por más...