• Yo vi, sobre la cima de los Andes,
    al indio ennegrecido y medio hambriento
    rodar entre las rocas y la nieve;
    yo le vi maldecir su nacimiento,
    cuando, al mando despótico del hombre,
    doblaba su cerviz ensangrentada,
    por los golpes y el peso quebrantada.

    Y cuando murmuraba su infortunio,
    y tal vez recordaba suspirando
    el lecho de su esposa...