• Una noche,
    una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas,
    una noche,
    en que ardían en la sombra nupcial y húmeda, las luciérnagas fantásticas,
    a mi lado, lentamente, contra mí ceñida, toda, muda y pálida
    como si un presentimiento de amarguras infinitas
    hasta el fondo más secreto de tus fibras te agitara,
    por la senda que...

  • Oh dulce niña pálida, que como un montón de oro
    de tu inocencia cándida conservas el tesoro;
    a quien los más audaces, en locos devaneos
    jamás se han acercado con carnales deseos;
    tú, que adivinar dejas inocencias extrañas
    en tus ojos velados por sedosas pestañas,
    y en cuyos dulces labios -abiertos sólo al rezo-
    jamás se habrá posado ni la sombra de un...