• Esta tarde llueve como nunca; y no
    tengo ganas de vivir, corazón.

    Esta tarde es dulce. Por qué no ha de ser?
    Viste gracia y pena; viste de mujer.

    Esta tarde en Lima llueve. Y yo recuerdo
    las cavernas crueles de mi ingratitud;
    mi bloque de hielo sobre su amapola,
    más fuerte que su “No seas así!”

    Mis violentas flores negras; y...