Un espejo a mi Dueña retrataba,
Y ella se enamoraba
De su propia belleza;
De suerte que en asombros de fineza
Extraños celos a mi amor apura
Con su propia hermosura su hermosura.

Venid en hora felice,
Valiente ilustre Marqués,
Nuevo Aquiles más invicto,
Nuevo Curcio más fiel.

Parabién a vuestras palmas
Era escusado, porque
Lo que teje una costumbre
No le adorna un parabién.

Cuando vos surcáis el Tajo,
Vasallo feliz...

Vierte la blanca Aurora
Cuando en los campos dulcemente llora
Sobre las flores bellas
El rocío, que sudan las estrellas:
Así pues rocía Anarda con olores,
Siendo Anarda la Aurora, ellas las flores.

Ya que conozco ahora
Difunta el alma, sean
Mis llamas los blandones,
Mis voces las exequias.

Las fuentes, y los campos,
Mi amor digan, y vean,
Pues dan voces las aguas,
Pues dan ojos las hierbas.

Hermosíssima Anarda,
Que en rigor, y belleza...