Venid en hora felice,
Valiente ilustre Marqués,
Nuevo Aquiles más invicto,
Nuevo Curcio más fiel.
Parabién a vuestras palmas
Era escusado, porque
Lo que teje una costumbre
No le adorna un parabién.
Cuando vos surcáis el Tajo,
Vasallo feliz se cree,
No ya de un Neptuno antiguo,
Pero de un Marte novel.
Todo en gustos derramado
Gloria a gloria, bien a bien,
Si no muriera del mar,
Muriera sí de placer.
Las Dríades en sus campos
Empiezan luego a ofrecer
A vuestra mano la palma,
A vuestra frente el laurel.
Libertada, y defendida
Lisia, imitáis a Dios; pues
Siempre su poder conserva
Lo que cría su poder.
Vuestro escuadrón mal formado
¿Qué importa en el Marcio arder,
Si el orgullo ve dispuesto,
Si el pecho formado ve?
Valeroso el Caracena,
Valido el Haro vencéis,
En aquel de un Rey el brazo,
En este el pecho de un Rey.
A vuestro valor extraño
(Cuando acaba de vencer)
Una batalla es cariño,
Una victoria es desdén.
Portugués fuerte, aplaudido
Sois, vestís, enriquecéis
A Lisia, Iberia, a la fama
De honra, de horror de interés.