Tu existir agitado y vagabundo
recuerda nuestro frágil existir:
todos somos viajeros en el mundo,
todos andamos por llegar al fin.
Pero a veces retorna el marinero
al duce puerto que le vio pasar;
mas ¡ay! el hombre, mísero viajero,
a las playas que amó...
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Ya pasaste por mi casa, Te vi flotar en la bruma Yo, que he buscado el lucero |
Caelum non animum mutant qui trans mare currunt. HORACIO
Vuelto a sus playas vírgenes natales, |
Está en la sala familiar, sombría, |
A los que hemos mirado –en una noche horrenda– Y vimos –presentimos más– la cosa estupenda |
Un árbol que vegetaba «Yo a la tierra estoy sujeto, |
Qué clima es éste de arenas movedizas y fuera de su edad |