En todos los tiempos hubo algún amante
(nota que solamente digo "alguno")
que pudo ser tenido por constante;
pero en cuanto a ser fieles,
preciso es confesar que no hay ninguno.
Es desconsolador, triste, aflictivo,
mas si no se hace adrede con pinceles
en todo el universo hallarás uno.
Se puede aconsejar el paliativo
de atarse...
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Un joven arriscado
de una soltera estaba enamorado
y el tiempo que a su lado estar podía
el dedo la metía
para saciar de amor su ardiente llama
sin que pierda su fama,
y ella, en tanto, la mano deslizando
por bajo de la capa
(que es quien urgencias semejantes tapa),
manejándole aquello, cariñosa,
le sacaba la savia pegajosa...
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Un zagalón del campo,
de estos de «Acá me zampo»,
con un fraile panzón se confesaba,
que anteojos gastaba
porque, según decía,
de cortedad de vista padecía.
Llegó el zagal al sexto mandamiento,
donde tropieza todo entendimiento,
y dijo: -Padre, yo a mujer ninguna
jamás puse a parir, pues mi fortuna
hace que me divierta...
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Un gordo capuchino confesaba
a una sierva de Dios que se quejaba
de un panadizo fiero que tenía
en un dedo ya mucho tiempo hacía,
el cual, sin mejorarse con ungüentos,
cada vez le causaba más tormentos.
El fraile, de su mal compadecido,
la dijo: -Hermana, tenga por perdido
el tiempo que se aplica
asquerosos emplastos de botica,...
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El joven Melibeo
guiaba su rebaño
por la frondosa orilla
de cierto río tortuoso y claro.
Al pie de una alta haya, 5
en el sombrío campo,
se sienta, y le rodea
paciendo mansamente su ganado.
En el cantar, maestro,
y en la zampoña, sabio, 10
sus versos pastoriles
entona diestramente acompañado.
Mirlos y... -
En lo interior del África buscaba
un joven viajero
cierto pueblo en que a todos se hospedaba
sin que diesen dinero;
y con esta noticia que tenía
se dejó atrás un día
su equipaje y criado,
y, yendo apresurado,
sediento y caluroso,
llegó a un bosque frondoso
de palmas, cuyas sendas mal holladas
sus pasos condujeron
al pie... -
Compró un turco robusto
dos jóvenes esclavos, que un adusto
argelino vendía.
Los llevó a la mazmorra en que tenía
otros muchos cautivos,
y, cerrando la puerta,
detrás de ella a escuchar se quedó alerta
los modos expresivos
con que los más antiguos consolaban
a los recién venidos que allí entraban.
Eran un andaluz y un castellano,... -
Mientras ausente estaba
un pobre labrador de su alquería,
su mujer padecía
dolor de muelas. Esto lo causaba
un raigón que, metido
en la encía, tenía carcomido.
En el lugar hacía de barbero
un mancebo maulero
a quien ella quería,
por lo cual mandó a un chico que tenía
le buscase y dijese
que a sacarla un raigón luego...
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Una abadesa, en Córdoba, ignoraba
que en su convento introducido estaba
bajo el velo sagrado
un mancebo, de monja disfrazado;
que, el tunante dormía,
para estar más caliente,
cada noche con monja diferente,
y que ellas lo callaban
porque a todas sus fiestas agradaban,
de modo que era el gallo
de aquel santo y purísimo...
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Montada en la trasera de su mulo,
a una pobre aldehuela
llevaba un arriero a una mozuela,
la cual, con disimulo,
o por flato o por malos alimentos,
solía soltar envenenados vientos.
Iba estando el arriero sofocado
del mal olor, y díjola enfadado:
-Mira que cuando des en aflojarte
de esa suerte, no tienes que quejarte
si me...