• Cupido está sentado sobre el cráneo
    De la Humanidad,
    Y sobre este trono el profano,
    Con risa desvergonzada,

    Sopla alegremente burbujas redondas
    Que suben en el aire,
    Como para alcanzar los mundos
    En el fondo del éter.

    El globo luminoso y frágil
    Toma un gran impulso,
    Estalla y escupe su alma sutil
    Como un sueño dorado.

    ...

  • ¡Para levantar un peso tan abrumador,
    Sísifo, sería menester tu coraje!
    Por más que se ponga amor en la obra,
    El Arte es largo y el Tiempo es corto.

    Lejos de las sepulturas célebres,
    Hacia un cementerio aislado,
    Mi corazón, cual un tambor enlutado,
    Va, tocando marchas fúnebres.

    —Más de una joya duerme amortajada
    En las tinieblas y el...

  • ¡Desdichado tal vez el hombre, pero dichoso el artista desgarrado por el deseo!

    Ardiendo estoy por pintar a la que tan raras veces se me apareció para huir tan de prisa, como una cosa bella que se ha de echar de menos tras el viajero arrebatado en la noche. ¡Cuánto tiempo hace ya que desapareció!

    Es hermosa y más que hermosa: es sorprendente. Lo negro en ella abunda; y es...

  • Mi juventud no fue sino una tenebrosa borrasca,
    Atravesada aquí y allá por brillantes soles;
    El trueno y la lluvia han hecho tal desastre,
    Que restan en mi jardín muy pocos frutos bermejos.

    He aquí que he llegado al otoño de las ideas,
    Y que es preciso emplear la pala y los rastrillos
    Para acomodar de nuevo las tierras inundadas,
    Donde el agua orada...

  • Como los ángeles, con ojo furtivo,
    Yo volveré a tu alcoba
    Y hasta ti me deslizaré sin ruido
    Entre las sombras de la noche;

    Y te daré, mi morena,
    Besos fríos como la luna
    Y caricias de serpiente
    Alrededor de una fosa rampante.

    Cuando llegue la mañana lívida,
    Tú encontrarás mi lugar vacío,
    En el que hasta en la noche hará frío.

    ...
  • Un hombre espantoso entra y se mira al espejo.

    «¿Por qué se mira al espejo si no ha de verse en él más que con desagrado?»

    El hombre espantoso me contesta: «Señor mío, según los principios inmortales del ochenta y nueve, todos los hombres son iguales en derechos; así, pues, tengo derecho a mirarme; con agrado o con desagrado, ello no compete más que a mi conciencia.»

    En...

  • I

    En las láminas de anatomía
    Que yacen en estos muelles polvorientos,
    Donde tanto libro cadavérico
    Duerme como una antigua momia,

    Dibujos a los cuales la gravedad
    Y el saber de un viejo artista,
    Por más que el tema sea triste,
    Han comunicado la Belleza,

    Se ven, lo que hace más completos
    Esos misteriosos horrores,
    ...

  • -¿A quién quieres más, hombre enigmático, dime, a tu padre, a tu madre, a tu hermana o a tu hermano?

    -Ni padre, ni madre, ni hermana, ni hermano tengo.

    -¿A tus amigos?

    -Empleáis una palabra cuyo sentido, hasta hoy, no he llegado a conocer.

    -¿A tu patria?

    -Ignoro en qué latitud está situada.

    -¿A la belleza?

    -Bien la querría, ya que es diosa e...

  • Bajo una luz descolorida
    Corre, danza y se tuerce sin razón
    La Vida, impudente y vocinglera,
    Así, en cuanto en el horizonte

    La noche voluptuosa sube,
    Sosegándolo todo, hasta el hambre,
    Borrándolo todo, hasta la vergüenza,
    El Poeta se dice: ¡"Finalmente"!

    Mi espíritu, como mis vértebras,
    Implora ardiente el reposo;
    El corazón lleno...

  • Hay fuertes perfumes para los que toda materia
    Es porosa. Se diría que penetran el vaso.
    Al abrir un cofrecillo llegado del Oriente
    Cuya cerradura rechina y se resiste chirriando,

    O bien en una casa desierta en algún armario
    Lleno del acre olor del tiempo, polvoriento y negro,
    A veces encontramos un viejo frasco que se recuerda
    Del que surge vivísima...