• Llega un viento salobre. Leve arrebol
    ruboriza las nubes, níveas y puras,
    donde duermen las diosas de albas cinturas.
    Como una lona náutica se anuncia el sol.

    Las olas espumosas, veloz cuadriga,
    se encabritan hinchando sus pechos de oro,
    y hace chasquear el viento, frío y sonoro,
    su látigo flexible como un auriga.

    Resuenan estruendosas las olas...