• Rosana, tierna hermosura,
    hechizo y lustre de Lima,
    en su estancia solitaria,
    con mano diestra y prolija,
    mueve la aguja ligera
    por una roja camisa,
    de esas que el insigne nombre,
    deben al héroe de Niza.
    Para su novio la labra
    a quien puro amor la liga,
    artillero que guarnece
    de Junin la batería;
    ya su preciosa tarea...