• Salud, riente Aurora,
    que entre arreboles vienes
    a abrir a un nuevo día
    las puertas del oriente,

    librando de las sombras
    con tu presencia alegre
    al mundo, que en sus grillos
    la ciega noche tiene;

    salud, hija gloriosa
    del rubio sol, perenne
    venero a los mortales
    de alivios y placeres.

    Tú de eternales rosas...