• Ven sobre mi corazón, alma cruel y sorda,
    Tigre adorado, monstruo de aires indolentes;
    Quiero, por largo rato sumergir mis dedos temblorosos
    En el espesor de tu melena densa;

    En tus enaguas saturadas de tu perfume
    Sepultar mi cabeza dolorida,
    Y aspirar, como una flor marchita,
    El dulce relente de mi amor difunto.

    ¡Quiero dormir! ¡Dormir antes...

  • ¡Qué admirable día! El vasto parque desmaya ante la mirada abrasadora del Sol, como la juventud bajo el dominio del Amor.

    El éxtasis universal de las cosas no se expresa por ruido ninguno; las mismas aguas están como dormidas. Harto diferente de las fiestas humanas, esta es una orgía silenciosa.

    Diríase que una luz siempre en aumento da a las cosas un centelleo cada vez mayor;...

  • Los claustros antiguos sobre sus amplios muros
    Despliegan en cuadros la santa Verdad,
    Cuyo efecto, caldeando las piadosas entrañas.
    Atempera la frialdad de su austeridad.

    En días que de Cristo florecían las semillas,
    Más de un ilustre monje, hoy poco citado,
    Tomando por taller el campo santo,
    Glorificaba la Muerte con simplicidad.

    —Mi alma es...

  • Hay naturalezas puramente contemplativas, impropias totalmente para la acción, que, sin embargo, merced a un impulso misterioso y desconocido, actúan en ocasiones con rapidez de que se hubieran creído incapaces.

    El que, temeroso de que el portero le dé una noticia triste, se pasa una hora rondando su puerta sin atreverse a volver a casa; el que conserva quince días una carta sin abrirla...

  • I

    En verdad, tú no eres, mi bienamada,
    Lo que Veuillot denomina una chiquilla.
    El juego, el amor, la buena comida,
    Hierven en ti, ¡viejo caldero!
    Ya no eres más fresca, amada mía,

    ¡Mi vieja infanta! Y, empero,
    Tus correrías insensatas
    Te han dado este brillo abundante
    De las cosas que, muy gastadas,
    Todavía seducen.

    Yo...

  • En una tierra crasa y llena de caracoles
    Yo mismo quiero cavar una fosa profunda,
    Donde pueda holgadamente tender mis viejos huesos
    Y dormir en el olvido como un tiburón en la onda.

    Yo odio los testamentos y yo odio las tumbas;
    Antes que implorar una lágrima del mundo
    Viviente, preferiría invitar a los cuervos
    A sangrar todas las puntas de mi osamenta...

  • Viajaba. El paisaje en medio del cual me había colocado tenía grandeza y nobleza irresistibles. Algo de ellas se comunicó sin duda en aquel momento a mi alma. Revoloteaban mis pensamientos con ligereza igual a la de la atmósfera; las pasiones vulgares, como el odio y el amor profano, aparecíanseme ya tan alejadas como las nubes que desfilaban por el fondo de los abismos, a mis pies; mi alma...

  • -Lindo perro mío, buen perro, chucho querido, acércate y ven a respirar un excelente perfume, comprado en la mejor perfumería de la ciudad.

    Y el perro, meneando la cola, signo, según creo, que en esos mezquinos seres corresponde a la risa y a la sonrisa, se acerca y pone curioso la húmeda nariz en el frasco destapado; luego, echándose atrás con súbito temor, me ladra, como si me...

  • El sol se ha cubierto con un crespón. Como él,
    ¡Oh, Luna de mi vida! arrópate de sombra;
    Duerme o fuma a tu agrado; permanece muda, sombría,
    Y húndete íntegra en el abismo del Hastío;

    ¡Te amo así! Sin embargo, si hoy tú deseas,
    Como un astro eclipsado que sale de la penumbra,
    Pavonearte en los lugares que la Locura obstruye,
    ¡Está bien! Delicioso...

  • Un puerto es morada encantadora para un alma cansada de las luchas de la vida. La amplitud del cielo, la arquitectura móvil de las nubes, el colorido cambiante del mar, el centelleo de los faros, son prisma adecuado maravillosamente para distraer los ojos sin cansarlos nunca. Las formas esbeltas de los navíos de aparejo complicado, a los que la marejada imprime oscilaciones armoniosas, sirven...