• Señora: llego a Ti
    Desde las tenebrosas anarquías
    Del pensamiento y la conducta, para
    Aspirar los naranjos
    De elección, que florecen
    En tu atrio, con una
    Nieve nupcial... Y entro
    A tu Santuario, como un herido
    A las hondas quietudes hospicianas
    En que sólo se escucha
    El toque saludable de una esquila.

    Vestida de luto eres,...

  • Ingenuas provincianas: cuando mi vida se halle
    desahuciada por todos, iré por los caminos
    por donde vais cantando los más sonoros trinos
    y en fraternal confianza ceñiré vuestro talle.

    A la hora del Angelus, cuando vais por la calle,
    enredados al busto los chales blanquecinos,
    decora vuestros rostros --¡oh rostros peregrinos!--
    la luz de los mejores...

  • Pueblo dormido entre el breñal salvaje,
    tus ansias son mis ansias, pueblo mío;
    si te alegras, también como tu río
    discretamente, así como el frondaje.

    En mi pupila absorta, tu paisaje
    pensativo y senil, tiene el impío
    alarde de cíclope bravío
    Que se resuelve en blanco cortinaje.

    Cortina de picachos gigantescos
    que quisieran llegar a las...

  • Vientos del pueblo me llevan,
    vientos del pueblo me arrastran,
    me esparcen el corazón
    y me aventan la garganta.

    Los bueyes doblan la frente,
    impotentemente mansa,
    delante de los castigos:
    los leones la levantan
    y al mismo tiempo castigan
    con su clamorosa zarpa.

    No soy de un pueblo de bueyes,
    que soy de un pueblo que embargan...