• Xanto era difícil. En vano los adoradores volcaban copas de amor sobre la frígida blancura de su belleza.

    Nadie supo tocarla, ninguno fue capaz de romper el desprecio que escondía en corteses indiferencias.

    En vano hicieron prodigios de ingenio, nunca la emoción irisó su cutis de pétalo.

    Xanto fue adorada con un pedestal de respetos, y los deseos, tal hiedras impotentes,...