• Con su veste en color de serpentina,
    reía la voluble Primavera...
    Un billón de luciérnagas de fina
    esmeralda, rayaba la pradera.

    Bajo un aire fugaz de muselina,
    todo se idealizaba, cual si fuera
    el vago panorama, la divina
    materialización de una quimera...

    En consustaciación con aquel bello
    nirvana gris de la Naturaleza,
    te...

  • Mefistófela divina,
    miasma de fulguración,
    aromática infección
    de una fístula divina...
    ¡Fedra, Molocha, Caína,
    cómo tu filtro me supo!
    ¡A ti - ¡Santo Dios! - te cupo
    ser astro de mi desdoro;
    yo te abomino y te adoro
    y de rodillas te escupo!

    Acude a mi desventura
    con tu electrosis de té,
    en la luna de Astarté
    que...

  • Entra el viejo Orfeo. Mil notas auroran
    El aire de ruidos, mil notas confusas:
    Suspiran las Musas, las Sirenas lloran;
    Las Sirenas lloran, suspiran las Musas.

    Misteriosas flautas, que modulan gritos
    De bacantes ebrias, de hetairas locas,
    Cantan las canciones de los tristes mitos,
    de los besos muertos en las regias bocas.

    Finas violas trinan los...

  • El viejo Patriarca,
    que todo lo abarca,
    se riza la barba de príncipe asirio;
    su nívea cabeza parece un gran lirio,
    parece un gran lirio la nívea cabeza del viejo Patriarca.

    Su pálida frente es un mapa confuso;
    la abultan montañas de hueso,
    que forman lo raro, lo inmenso, lo espeso
    de todos los siglos del tiempo difuso.

    Su frente de viejo...

  • Suenan galanteos y besos y adioses:
    Se marchan los Papas de ceño fruncido.
    Las Brujas, los Duendes de acento fingido,
    Se marchan los Reyes, se marchan los Dioses,
    Y todos se marchan... Ya todos se han ido...!
    Pasaron volando las cuatro Estaciones,
    Los bellos Ocasos, las bellas Auroras,
    Endriagos, Quimeras, Esfinges, Dragones,
    Hidras y Centauros y...

  • En túmulo de oro vago,
    cataléptico fakir,
    se dio el tramonto a dormir
    la unción de un nirvana vago...
    Objetivase el aciago
    suplicio de pensamiento
    y como un remordimiento
    pulula el sordo rumor
    de algún pulverizador
    de músicas de tormento.

    El cielo abre un gesto verde,
    y ríe el desequilibrio
    de un sátiro de ludibrio
    ...