• ¡Oh! Cuán puro y sereno
    despunta el Sol en el dichoso día
    que te miró nacer, ¡Esposa mía!
    Heme de amor y de ventura lleno.

    Puerto de las borrascas de mi vida,
    objeto de mi amor y mi tesoro,
    con qué afectuosa devoción te adoro,
    ¡y te consagro mi alma enternecida!

    Si la inquietud ansiosa me atormenta,
    al mirarte recobro
    gozo,...