• Tú no sabes, más yo he soñado
    entre mis sueños color de armiño,
    horas de dicha con tus amores,
    besos ardientes, quedos suspiros
    cuando la tarde se tiñe de oro
    esos espacios que juntos vimos,
    cuando mi alma su vuelo emprende
    a las regiones de lo infinito.

  • A veces, cuando en alta noche tranquila,
    sobre las teclas vuela tu mano blanca,
    como una mariposa sobre una lila
    y al teclado sonoro notas arranca,
    cruzando del espacio la negra sombra
    filtran por la ventana rayos de luna,
    que trazan luces largas sobre la alfombra,
    y en alas de las notas a otros lugares,
    vuelan mis pensamientos, cruzan los mares...

  • Noble como la cándida adorada
    del inmortal poeta florentino,
    corona de la frente inmaculada
    el dorado cabello
    que sobre el hombro flota en blondos rizos,
    perdida en el espacio la mirada
    como se pierde en su conjunto bello
    la de aquél que contempla sus hechizos.

    Hay infinita luz que reverbera
    en el azul de sus divinos ojos
    cual de...

  • No fue pasión aquello,
    fue una ternura vaga...
    la que inspiran los niños enfermizos,
    los tiempos idos y las noches pálidas.
    El espíritu solo
    al conmoverse canta:
    cuando el amor lo agita poderoso
    tiembla, medita, se recoge y calla.
    Pasión hubiera sido
    en verdad; estas páginas
    en otro tiempo más feliz escritas,
    no tuvieran...

  • A M. Valenzuela

    Cual la naturaleza
    de la que forma parte y es fiel copia
    el alma humana tiene ocultas fuerzas
    silencios, luces, músicas y sombras.

    Vagas nieblas también... las ilusiones
    que el paisaje embellecen cuando brillan
    y que...

  • Ars

    El verso es un beso santo. ¡Poned en él tan sólo,
    un pensamiento puro,
    en cuyo fondo bullan hirvientes las imágenes
    como burbujas de oro de un viejo vino oscuro!

    ¡Allí verted las flores que en la continua lucha
    ajó del mundo el frío,
    recuerdos deliciosos de tiempos que no vuelven,
    y nardos empapados de gotas de rocío

    para que...

  • El pobre Juan de Dios, tras de los éxtasis
    del amor de Aniceta, fue infeliz.
    Pasó tres meses de amarguras graves,
    y, tras lento sufrir,
    se curó con copaiba y con las cápsulas
    de Sándalo Midy.

    Enamorado luego de la histérica Luisa,
    rubia sentimental,
    se enflaqueció, se fue poniendo tísico
    y al...

  • En la tarde, en las horas del divino
    crepúsculo sereno,
    se pueblan de tinieblas los espacios
    y las almas de sueños.

    Sobre un fondo de tonos nacarados
    la silueta del templo
    las altas tapias del jardín antiguo
    y los árboles negros,
    cuyas ramas semejan un encaje
    movidas por el viento
    se...

  • Es la hora de misterio en que el labriego
    al resonar del Ángelus el toque
    adiós que dice al moribundo día,
    la campanada bronca,
    en su casita blanca, a lento paso
    humilde se recoge.
    Es la hora en que las nubes del poniente
    de fuego orlan las tardes,
    en que el sol de los muertos ilumina
    los prados y los bosques...

  • Junto a la cuna aún no está encendida
    la lámpara tibia, que alegra y reposa,
    y se filtra opaca, por entre cortinas
    de la tarde triste la luz azulosa.

    Los niños, cansados, suspenden los juegos,
    de la calle vienen extraños ruïdos,
    en estos momentos, en todos los cuartos,
    se van despertando los duendes dormidos.

    La sombra que sube por los...