• Un payo a confesarse a Madrid vino

    por ver si un reverendo capuchino,

    que de gran santidad fama tenía,

    de sus grandes pecados le absolvía.

    Dirigióse al convento

    de este varón sagrado

    y le halló en el asiento

    de su confesonario, rellanado,

    absolviendo a sujetos diferentes

    que tenían las caras penitentes.

    Llegó al payo su vez...

  • Si yo he de quererte bien,

    vamos a hacer por aquí

    aquello que te pedí,

    si no se acaba ,el Belén.

    Antonio con Pepa hablaba

    en su jardín cierto día,

    y una cosa le pedía

    que Cupido la mandaba;

    pero ella se la negaba

    con rubor, susto y desdén,

    y, usando de amor el tren,

    le dijo con loco exceso:

    -Antonio, no...

  • El Pajarito, madre,

    después que me picó,

    me ha dejado burlada.

    ¡Ay de mi, qué dolor!

    El Pájaro ya voló.

    El Pájaro era blanco,

    travieso y juguetón,

    de pluma crespa y negra,

    con pico de arrebol.

    Estando yo solita

    en mi cuarto se entró

    y mil dulces tonadas

    al punto me cantó.

    En ellas...

  • Una noche de enero,

    estaba calentándose al brasero

    una joven casada,

    la ropa a las rodillas remangada,

    porque así no temía

    quemarse en tanto que labor hacía.

    De este modo esperaba a su marido,

    que era un pobre artesano,

    mientras entretenido

    un chico que tenía, por su mano

    castañas en la lumbre iba metiendo

    y el...

  • Mandó a Madrid venir de la montaña

    un mercader ricacho a su sobrino

    para que se instruyese en la maña

    con que era en el comercio ladrón fino.

    Cuando llegó buscando la cucaña

    el tal montañesillo a su destino,

    tendría de catorce a quince años,

    edad en que el amor hace mil daños.

    A poco tiempo que en la corte estaba

    el tío le notó...

  • El cínico Diógenes de Atenas

    con su filosofía

    hizo, mientras vivió, mil cosas buenas,

    siendo su gran manía

    ponerse a procrear públicamente

    a sol radiante y a faldón valiente.

    Decía: -No es razón que a ver a un hombre

    morir se junten tantos

    y el ver fabricar otro les asombre

    para que hagan espantos.

    ¡ Ay, ya murió este sabio...

  • Casóse Dora la bella

    con Dido, y Dido intentó,

    la noche que se casó,

    hacerle un hijo, hijo de ella.

    Como pasó mala noche

    aquella en que fue casada,

    se levantó al otro día con

    toda la cara ajada.

    Desde que le vio su padre

    con el semblante perdido,

    enojado le pregunta:

    -¿Quién te ha casado, hijo Dido?...

  • Reprendía un abad a un perezoso
    monje que a los maitines no asistía,
    y con ásperas voces le decía:
    - ¿Qué efecto, hermano, tan escandaloso

    producirá en cualquiera religioso
    su negligencia? Copie lo que hacía
    todo un rey, un David. ¡Con qué alegría,
    con qué afecto tan tierno y fervoroso

    a medianoche el lecho abandonaba
    para orar al...

  • A casa de una moza un estudiante

    llegó, pobre y tunante,

    y por poco dinero

    le pidió algún carnal desaguadero.

    -No puedo socorrerle en ese apuro,

    ella le dijo, sin que pague un duro;

    no lo hago más barato

    porque anda malo el tiempo y malo el trato.

    Llevaba el estudiante únicamente

    el duro que la moza le pedía,

    mas no le...

  • Un avariento casado

    a su mujer le decía:

    -Tú me cuestas cada día

    un doblón, ¡caro bocado!

    Cada mes te he visitado

    dos veces: en conclusión,

    cada vez a la razón

    de tres onzas. -¡Lindo chiste!,

    dice ella. ¿ Y en qué consiste

    que yo te salga a doblón?