Hay unos ojos divinos
fuente de dicha y dolores,
el cielo les dio colores
y el Señor su bendición.
Dioles la luna su encanto,
la palabra su armonía,
el amor su simpatía,
su elocuencia el corazón.
Aunque tiranos me miren
si los vela ingrato el sueño,
suspiro porque risueño
llegue el dulce despertar.
Si miran airados...