• Un gacetillero filántropo me dice que la soledad es mala para el hombre; y en apoyo de su tesis cita, como todos los incrédulos, palabras de los padres de la Iglesia.

    Sé que el Demonio frecuenta gustoso los lugares áridos, y que el espíritu del asesinato y de la lubricidad se inflama maravillosamente en las soledades. Pero sería posible que esta soledad sólo fuese peligrosa para el alma...

  • Mi amada locuela me invitaba a comer, y por la ventana abierta del comedor iba yo contemplando las movedizas arquitecturas que Dios hace con los vapores, las construcciones maravillosas de lo impalpable. Y me decía, a través de mi contemplación: «Todas esas fantasmagorías son casi tan bellas como los ojos de mi hermosa amada, la locuela monstruosa de ojos verdes.»

    De pronto, sentí una...

  • Yo he vivido largo tiempo bajo amplios pórticos
    Que los soles marinos teñían con mil fuegos,
    Y que sus grandes pilares, erectos y majestuosos,
    Hacían que en la noche, parecieran grutas basálticas.

    Las olas, arrollando las imágenes de los cielos,
    Mezclaban de manera solemne y mística
    Los omnipotentes acordes de su rica música
    A los colores del poniente...

  • Mi cuna se adosaba a la biblioteca,
    Babel sombría, donde novela, ciencia, romance,
    Todo, la ceniza latina y el polvo griego,
    Se mezclaban. Yo era alto como un infolio.
    Dos voces me hablaban. La una, insidiosa y firme,
    Decía: "La Tierra es un pastel colmado de dulzura;
    Yo puedo (¡Y tu placer entonces no tendrá término!)
    Procurarte un apetito de igual...

  • La Licencia y la Muerte son dos gentiles rameras,
    Pródigas de besos y ricas en salud,
    Cuyo vientre siempre virgen y cubierto de andrajos
    En la incesante labor jamás ha procreado.

    Al poeta siniestro, enemigo de las familias,
    Favorito del infierno, cortesano mal rentado,
    Tumbas y lupanares muestran bajo sus atractivos
    Un lecho que el remordimiento jamás...

  • La muy querida estaba desnuda, y, conociendo mi corazón,
    No había conservado más que sus joyas sonoras,
    De las que el rico conjunto le daba el aspecto vencedor
    Que tienen en sus días felices las esclavas de los moros.

    Cuando arroja danzando su ruido vivaz y burlón,
    Este mundo deslumbrante de metal y de piedra
    Me encanta extasiándome, y amo con furor
    ...

  • ¡Oh tú!, el más sabio y el más hermoso de los Ángeles,
    Dios traicionado por la suerte y privado de alabanzas,

    ¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

    ¡Oh, Príncipe del exilio al cual se ha agraviado,
    Y que, vencido, siempre te yergues más fuerte!

    ¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

    Tú que sabes todo, gran rey de las cosas subterráneas,
    ...

  • No a todos les es dado tomar un baño de multitud; gozar de la muchedumbre es un arte; y sólo puede darse a expensas del género humano un atracón de vitalidad aquel a quien un hada insufló en la cuna el gusto del disfraz y la careta, el odio del domicilio y la pasión del viaje.

    Multitud, soledad: términos iguales y convertibles para el poeta activo y fecundo. El que no sabe poblar su...

  • (A mademoiselle A...)

    Yo amo, ¡oh, pálida beldad!, tus pestañas entornadas,
    De las que parecen derramarse las tinieblas;
    Tus ojos, bien que renegridos, me inspiran ideas
    Que no son del todo fúnebres.

    Tus ojos, que concuerdan con tus negros cabellos,
    Con tu melena...

  • El que desde afuera mira por una ventana abierta, nunca ve tantas cosas como el que mira una ventana cerrada. No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, más tenebroso, más deslumbrador, que una ventana iluminada por una vela. Lo que se puede ver al sol, siempre es menos interesante que lo que pasa detrás de un vidrio. En aquel agujero negro o luminoso vive la vida, sueña la vida...