• Si de nuestros agravios en un libro
    se escribiese la historia,
    y se borrase en nuestras almas cuanto
    se borrase en sus hojas;

    te quiero tanto aún; dejó en mi pecho
    tu amor huellas tan hondas,
    que sólo con que tú borrases una,
    ¡las borraba yo todas!