• Caballito, caballito,
    el de la cola rizada,
    hoy me dijo el capitán
    que me puedo ir a mi casa.
    Hace ya más de ocho años
    que no duermo en buena cama,
    que vivo sin padre y madre,
    sin hermanos, sin hermanas,
    que no tengo quien me cosa,
    ni quien me diga: ¿qué extrañas?
    Ya se acaban mis trabajos...
    a Dios, caballo del alma...